domingo, 20 de abril de 2008

En estos días salí en socorro de mi hermana para una fiesta de 15, luego de ver 500 modelos de los libros y de las revistas y tratando de desenredar una seda endiablada (ella no estaba muy segura de lo que quería).
El tiempo corría y ahí llegué yo con mis supercirculares y le dije: dáme la seda que yo me arreglo. La mezclé con un mohair con lúrex que tenía en mi superstash y ... sí!!! otra vez la Anthropologie Capelet, justo la estrenó el sábado que bajó la temperatura aquí en Buenos Aires.

Quedó súper bien y hasta le pregutaron de qué diseñador era (ja !!!!).
Bueno, luego de ahumarnos en esta ciudad, tratando de hacer nuestras actividades habituales con vidrios y puertas cerradas, que no se nos ahume la ropa recién lavada, acostumbrándonos a realizar todo rápido en la calle para no respirar esta porquería y presenciar todo tipo de tragedias, lo más triste es darse cuenta de la indolencia que nunca acaba, de cómo se puede cometer el mismo error que hace apenas una semana (me refiero a los accidentes en las rutas), de lo que se tarda en accionar, en fin, estoy triste.
Para amenizar un poco todo esto, me conecto con lo hermoso del tejido: los materiales, las técnicas, las amigas para tejer. Ya terminé el Shalom Cardigan , con varias modificaciones, ya que yo no quería usar un hilado tan grueso.

Usé lana que ya tenía: una hebra de alpaca teñida en casa y una hebra de una angora superfina, y las tejí con aguja 4, 5 mm.
Es interesante su construcción porque se hace todo en una pieza y desde arriba. Consideren que al ser abierto, no hace falta usar circulares, lo pueden hacer con las agujas comunes.