miércoles, 13 de agosto de 2008


Nuevos tejidos han salido de mis agujas: unas baby socks para Lucía, una hermosa bebita que está creciendo cada día más, y un Shetland Triangle del libro Wrap Style , con una lana increíblemente suave, 100% merino, semigruesa que compré en el viaje. Es italiana y es del tipo "supersoft", hast los bebés la pueden usar. Hubiese querido acrecentar mi stash lanero, pero los precios son prohibitivos.
Este patrón es muy fácil, aunque parezca complicado, y el resultado es un chal liviano y abrigado. Lástima que esté un poco monotemática con los colores, pero los demás eran demasiado claros. Otros Shetlands pueden verse aquí , el de Mae y también éste , todos preciosos y coloridos. Es muy versátil y puede tejerse con una lana finita ó con una un poco más gruesa. Aquí van las fotos del mío, que es el segundo que tejo.



Y en mis clases de tejido con Claudia, estoy haciendo un suéter al crochet e intentando una terminación diferente que postearé en el próximo encuentro.

miércoles, 6 de agosto de 2008


Hoy seguiremos de viaje por Europa, más exactamente por el Norte de Italia. A este lugar estoy afectivamente ligada, ya que es lugar donde nacieron mis abuelos, al cuál tuve la oportunidad de volver ésta vez.
Visitamos Venecia , una ciudad única por su historia y su desarrollo, sus tesoros artísticos y su impronta. Asentada sobre bancos de arena, su belleza perdura en el tiempo y marca a fuego los ojos del turista: hay tanto para mirar, conocer, recorrer y caminar que es difícil hacerlo en pocos días.
Como saben, Venecia no tiene calles, sino canales, algunos más anchos y transitados, otros más pequeños e íntimos, cruzados por infinidad de puentes que permite el paso de una isla a otra.
La gente pasea por sus veredas, es interesante observar la proximidad de las casas y ventanas, y comparten los "campos", que son como claros o plazoletas diseminadas por toda la ciudad.
No hay un camino fijo para llegar a destino, pero como no es muy extensa, se puede recorrer a pie.
Es un laberinto muy divertido de transitar: a cada paso un patio, una puerta antigua, un artesano trabajando sus máscaras, una tienda de disfraces. También es divertido pensar en lo mágico de su atmósfera muchos años atrás: su diseño lo permite, no sólo para el amor, también para las intrigas. Hasta el sonido de Venecia es diferente, claro, no hay autos, ni bocinas, sólo el murmullo de la gente a medida que uno se va acercando a Piazza San Marco, y el sonido del agua.

Un detalle de una columna del Palacio Ducal, residencia y centro de los que fueran los jefes de la República de Venecia, y donde también se encuentra la prisión. Construído entre los siglos X y XI, fue a lo largo de la historia y los acontecimientos, sufriendo modificaciones y agregados.
El Palacio Ducal, junto con la Basílica de San Marco, y las Procuradurías (Vieja y Nueva) forman un conjunto sin igual alrededor de la Piazza San Marco. En la Basílica se encuentra alojado el cuerpo del apóstol San Marcos, que fue traído desde Alejandría.


El clima nos acompañó durante todos los días que estuvimos recorriendo este tesoro y también visitamos Verona , espectacular ciudad romana que cuenta con un anfiteatro de esa época y una increíblemente bien conservada Arena (Siglo I A.C.), actual centro cultural y turístico de la ciudad. Por su ubicación, Verona fue muy importante en tiempos romanos y también en los que siguieron, siendo codiciada por lombardos y ostrogodos, invadida por Napoleón y posteriormente conquistada por los austríacos.
Está emplazada en colinas y cruzada por el río Adige, lo que le agrega, a mi criterio, más belleza y hace que su señorío de antaño, permanezca casi intacto. Está considerada por la Unesco, al igual que Venecia, patrimonio de la humanidad, por la gran cantidad de monumentos, construcciones romanas y castillos medievales.

Fue testigo de muchos cambios históricos y también refugio del Dante, exiliado de Florencia y quien bajo el cobijo de un de los integrantes de la poderosa familia della Scala, pudo vivir con cierta seguridad.

Conserva su muralla, toda alrededor de la ciudad, sus puertas de entrada y sus puentes sobre el río, construídos por los romanos, como el puente Pietra, que fueron oportunamente reconstruidos luego de la 2da. Guerra Mundial.

Este viaje ha sido una experiencia muy buena en todo sentido: nos conectamos con la historia del mundo, comprendimos cómo es importante cuidar los legados históricos no sólo para que personas de otras tierras los puedan disfrutar, sino como un desafío para la vida diaria: respetar el patrimonio cultural de la humanidad en el el lugar en el que se desarrolla tu vida de todos los días, es un desafío que han cumplido tanto italianos como monegascos.