


Mandé un mail preguntando acerca de este tema y me contestaron casi al instante. Y ese mail confirmó lo que había entendido, lamentablemente, así que ahora ando buscando algún otro lugar donde comprar, ya tengo unos en vista, haré mi investigación correspondiente y después les cuento.

Volviendo a la manta, yo solo seguí el dibujo, en realidad me hice uno propio en una hoja cuadriculada, así pude asignarle a cada color la proporción adecuada. Luego transformé cada cuadradito en una cantidad determinada de cm, 5,5 por ejemplo, y así fui tejiendo cada color, observando la cantidad de cuadraditos que abarcaba y haciendo la multiplicación.
Para elegir las lanas y los colores, fui con la funda de un almohadón de mi cama a Yanabey.
Qué hermosos que son todos los que están en las repisas!!! Me costó decidirme, y compré 2 madejas de cada uno. El material es pura lana gruesa, hay otro grosor más fino, y está tejida con aguja nro 5. Aquí va otra foto: el borde hecho con dos hileras de medios puntos en crochet en color marrón.

De la lana chocolate no sobró nada, de la violeta muuuy poquito, de la celeste también y de la beige es de la que más sobró. Igualmente, pueden fijarse en el patrón original, en el cuál figuran las cantidades para cada color y así darse una idea.
Tardé en terminarla (por razones climáticas obvias), pero Edenor me lo agradecerá a fin de mes cuando el medidor estalle por el uso del aire acondicionado, pero yo ya comencé a disfrutar de su calor y suavidad (en Buenos Aires el clima del domingo a la mañana era otoñal), y yo estaba envuelta en ella mirando a mis hijos con cara de feliz cumpleaños y pensando en la manta para Martín, que dejaré para el año que viene.
En el próximo post, algunas ideas para Navidad.