lunes, 19 de mayo de 2008

Hace mucho tiempo me conecté con una amiga de intercambio, Vanessa, una chica norteamericana que escribía en perfecto español con la que siempre mantuve el contacto bloggero. Nunca faltaron sus amables comentarios en mi blog.
Ella fue la persona que me envió de regalo mis primeras Addi Turbo, que atesoro, junto con tantas otros detalles tan especiales. Es profesora de castellano y viajó como tutora con sus alumnos hacia América del Sur.
Junto con Gaby, acordamos encontrarnos y conocernos personalmente. Dado su interés particular por la literatura argentina, ya que es su especialidad, y porque sobre la vida de Victoria Ocampo versa su tesis, pasamos una tarde genial en la casa que la escritora tenía en San Isidro.
Villa Ocampo está magníficamente conservada, tiene el mobiliario original y pertenencias de la escritora, entrar y recorrerla fue como viajar al pasado, hasta el olor de la leña quemada en las estufas se percibía muy presente. Una hermosa casa, mucha luz y espacio para recibir a tantas personalidades y albergar una familia y una biblioteca grande y nutrida.


Para no fallarme a mí misma, me olvidé la cámara, por lo que no pude sacar fotos, así que tomé prestada una de Gaby y así guardar el recuerdo. Vanessa fue muy amable y en su mochila trajo un libro para alimentar mi biblioteca y unas Addi finas como una hierba para tejer mis medias. Gracias Vanessa, compartir tu amistad me ilusiona y hace bien.
Creo que siempre es bueno estar conectados con lo esencial para afrontar los problemas que nos trae la vida. Un gesto simple, una palabra, prestar el oído, nos sirven y nos fortifican. Vik y yo nos conocemos hace bastante, su blog fue el primero de tejido que leí, y disfrutamos de nuestra amistad tejiendo.
Después de muchos meses de no verla me encontré con ella, medio desesperada por un encargo que le habían hecho en un momento especial de su vida, preocupada por cuestiones personales y casi sin tiempo.


Nuestras mentes tejeriles se comunicaron telepáticamente (ella me llamó y yo la invité a almorzar) y sí ... otra vez la Anthropologie Capelet al rescate de tejedoras apuradas!!! Con sólo unas medidas de la afortunada niña que se la iba a poner, ayudé a Vik a comenzar con este patrón tan noble y simple, ella siguió su caminito de agujas rápidas en La Plata y afortunadamente ... parece que fue un suceso!!!
Adelante Vik, tu nobleza de amiga será recompensada.